lunes, 11 de febrero de 2008

De Carne Y Hueso

Ayer tuve la mala suerte de leer en el diario que se iba a realizar una entrevista al primer mandatario, entrevista conducida por el Sr. Bernard Fougères. Esquivando mi apatía hacia los personajes involucrados no pude dejar de poner mi alarma a las 9:30 pm para poder presenciar y analizar este espectáculo. Todas las entrevistas de Bernard son un poco grotescas, o para utilizar términos que él vagamente expresa, son más bien toscas, sin finura e indigestas para mi gusto. Definitivamente hubo un toque demasiado personal en la entrevista la cual hizo distraer un poco de las cuestiones principales cayendo en una muy popular red amarillista. No sé quién se quería relucir más, o Rafael Correa en su constante defensa ante la prensa injusta o Bernard en su desesperado intento de captar una atención al “tutear” al presidente de la república. En sí la entrevista no fue muy buena ya que se habló mucho pero no se dijo nada, lo que sí estoy de acuerdo es en las palabras del primer mandatario en las que alegó ser de carne y hueso.

No pude comprender como el ego de estos dos individuos cupieron en la sala de aquella casa. Me sentí como un mero mortal al ver a estos semidioses hablando de humildad y de valores humanos. En lo que respecta a Rafael Correa lo noté muy a la defensiva, después de todo Bernard sigue siendo un emisario de los medios de comunicación y estos son enemigos declarados de Correa. Bernard fue bastante frontal y pienso que los vinos lo pusieron demasiado personal al punto que ciertos toques al rostro del presidente no solo se presenciaron como un “muchacheo” sino que despojaron la autoridad que debe mantener el presidente, así sea un mortal como todos nosotros. Correa en su afán de mostrarse sencillo cae en el mal hábito de dejarse muchachear así como cuando Chávez en un discurso a son de broma se refirió al mandatario recién electo como un “muchachito”.

Otro aspecto importante que capté de la entrevista es que Rafael Correa carece de un periodista el cual admire, esto es porque su forma de ser es soberbia e intolerante y no puede comprender que la noticia bien o mal es objetiva. No podemos ser ingenuos y pensar que la prensa no parafrasea las noticias con sus titulares populares para captar la atención al lector y así mismo vender más periódicos, y tampoco quiero ser pesimista y juzgarlos pensando que todo acto o noticia es reproducida para sus propios beneficios. Siendo optimista creo que la prensa sí tiene mucho poder al informar pero el lector es el que tiene que formar su propio juicio al respecto de dicha noticia y así mismo tiene el derecho de dudarla en caso que no la note muy convincente, a tal punto de verificarlo con otros diarios. En todo caso, hay que ser realistas y no puede ser que toda la prensa confabule contra el primer mandatario. Hay noticias que pueden ser alteradas en enfoque pero mantienen su objetividad y en este preciso caso son más que nada noticias que el mismo presidente las cultiva al hacer uso de insultos vulgares, despectivos y comunes que no esperamos de un presidente, símbolo de liderazgo, que los diga a viva voz.

Irrebatiblemente es de carne y hueso, pero políticos de esa naturaleza no pueden darse el lujo de serlo a plenitud, ya que tienen que guardar postura, tienen que tener diplomacia para así ser conciliadores y lograr cambios positivos para el país. Un jefe de estado debe ser un hombre respetado por sus ideales, su buena voluntad, su honradez, su experiencia, y su sencillez. Lamentablemente creo que carece de las dos últimas. Debe ser más cuidadoso en sus ofensas y si las hace debe ser más objetivo e insultar con inteligencia y no caer en calificativos como “gorda horrorosa” o “vieja pelucona” en un afán de avasallar y minimizar a sus enemigos. Creo que el dejarse gobernar por sus sentimientos inmediatos es una actitud inmadura e infantil, como cuando niños decíamos el insulto disfrazado “ándate a la casa del asta mayor del barco” orgullosos de haber buscado esa definición de una palabra la cual en esos tiempos todavía no se definía como el miembro masculino. Un momento, esto ya lo hizo el presidente. ¿Es acaso esa la actitud que queremos de nuestro máximo representante?

La entrevista de Bernard no fue bien conducida ya que fue demasiado personal e informal a tal punto en que no se dejaban ni contestar el uno al otro. Fue un diálogo forzoso lleno de defensas absurdas, calificativos de mentirosos, malas palabras (que en lo personal no me ofenden solo me distraen), vinos, y poco fundamento, o en otras palabras, una típica tarde con Bernard. Lo que sí podemos estar de acuerdo con Bernard es que yo también quiero lo mejor para el presidente. Quiero que cambie su actitud y deje de ofender a todos los que no piensan como él, que deje de generalizar porque ya es agotante escuchar a todas las personas su propia definición de “pelucón”, que trabaje por la patria y que lidere, que simple y llanamente censure su crítica destructiva y avasallante y que por favor deje esa sonrisa sarcástica que es más insultante que cualquier babosada que pueda decir. Quiero que mejore su actitud frente a sus adversarios y frente a la prensa. El peor error es tener a la prensa de enemiga porque así como él los periodistas también son de carne y hueso y ellos pueden encontrar maneras más inteligentes y parafrasear mejor las noticias para insultarle donde más le duele, su ego. En fin, necesitamos que comience a gobernar y que deje de hacer campaña como él quisiera por 4 años, porque si es verdad que la gente necesita fe, también necesita comer y más que nada necesita un líder que predique con su trabajo y así mismo con resultados.