lunes, 26 de mayo de 2008

El Libro de Rostros

No, no es una trilogía de ciencia ficción o épica, tampoco es una colección de libros best sellers. El libro de rostros, o Facebook, en su traducción en inglés, es un sitio Web que se especializa en redes sociales. Funciona de una manera muy simple, sólo necesitas de un correo electrónico y de muchas ganas de exponer tu vida en Internet al resto del mundo. Últimamente el Facebook ha ido incrementando sus usuarios de manera abrupta, es que hoy en día no puedes dejar de tener Facebook. Pareciera que el no tenerlo es una discapacidad social. Incluso los que no han querido abrir su cuenta eventualmente terminan sucumbiendo a la presión grupal. El Facebook no es una página Web más, es una invención que actualiza todos los esquemas de interacción social y está para quedarse. Son los pasos evolutivos de la sociedad en la que ya no se puede retornar y por ende, tocará adaptarse, ya que si bien ofrece ciertas ventajas o medios de entretenimiento, también es una cuna de aspectos negativos que con el seguir del tiempo se van a ir develando. Principalmente, el Facebook es un atentado a la privacidad que creció tan rápido, tan fuerte y más importante, totalmente camuflado para poder hacer algo al respecto.

El Facebook funciona de una manera muy sencilla. Solo necesitamos de nuestro e-mail (preferiblemente Hotmail, Gmail, u otros que tengan ya creada una lista de nuestros contactos) para inscribirnos. No hay que efectuar ningún pago así que ¿si es gratis, no cuesta verdad? En todo caso, en menos de unos minutos ya tenemos una cuenta en Facebook, que por cierto la abrimos porque como dije anteriormente, esta página web ya es esencial en el entorno social y si no estamos dentro de la comunidad entonces seríamos unos marginados sociales. No falta la persona que en la fiesta comenta del comentario que hicieron sobre la foto que treparon en el Facebook. Obviamente el que no tiene Facebook tiene que encontrar la manera más hábil para cambiar de tema. Pero me estoy adelantando. Una vez creada la cuenta podemos “trepar” (upload) todas las fotos que tenemos. Ahora que las cámaras son digitales es una gran ventaja ya que el escaneo era una limitación para muchas personas con inhabilidad tecnológica. Una vez trepadas las fotos, procedemos a “taguearlas”, que quiere decir ponerle nombre y apellido a todos los individuos que salen en dicha foto. Este proceso no termina aquí. Todos en tu lista de amigos pueden observar este álbum creado y así mismo, comentar al respecto. Proceso sencillo pero desgraciadamente se vuelve engorroso en todo sentido.

No quiero ni comenzar en la cantidad de tiempo que uno puede perder viendo álbumes de fotos de toda la lista de “amigos”, que tengo que recalcar que la lista de amigos cada vez es más grande debido a la insistencia automática del mismo programa en amarrarnos los unos a los otros con un nudo militar para no salir de él. En todo caso, si bien es divertido chequear fotos, ¿en realidad queremos ver todas las fotos que trepan nuestras amistades? El problema es que están ahí y en un tiempo de ocio (normalmente suplido en la década anterior con un buen juego de Solitario) terminamos viendo todas las fotos y no solo eso sino comentando cada una de ellas. Nunca pensé que en una tarde lenta de trabajo iba a terminar viendo fotos de un Baby Shower. Al menos no hubiera sido mi elección, pero están ahí y solo falta una foto intrigante para que desencadene el ansia de la curiosidad. Por cierto, el lunes es el día de mayor tráfico para ver las fotos nuevas trepadas debido a que corresponden al fin de semana, así que si quieren comenzar bien la semana por favor ingresen el lunes y pierdan todo el día viendo fotos triviales. Mejor a aún, comenten para que quede constancia de que la vieron y de que tienen talento cómico en sus remarcables comentarios.

En sí, esto es un aspecto positivo ya que nos brinda una forma de entretenimiento (usualmente en horarios de trabajo, porque ya las cadenas las hemos visto casi todas). El problema radica en que ¿qué tal si no queremos salir en una foto en particular? Es lógico que si alguien quiere trepar una foto relativamente normal para él o ella pero totalmente comprometedora para un tercero, igual lo pueden hacer. Una de las razones por las que me inscribí en Facebook, fuera de que la ola era demasiado grande para no cogerla, fue para estar consciente de qué fotos podían trepar que yo no quisiera, o qué comentarios pudiesen decir de dichas fotos. Siempre discutía con las personas que no se querían inscribir porque decían que era peligroso. Bueno, ya es peligroso y eso nadie lo puede cambiar, pero sí podemos estar al tanto de que tan peligroso y ver maneras de solucionarlo, y la única forma es inscribiéndose. Esto da alusión a una especie de trampa en la que no se puede salir de ella y lo peor de todo es que me transformé en otro misionero más de esta página promoviendo su propagación. Es verdad que no podemos controlar que alguien trepe una foto nuestra en Facebook, así como tampoco podemos controlar que cualquier individuo haga una gigantografía de una de nuestras peores borracheras y la cuelgue como cuadro en el poste de una esquina transitada en la ciudad. La diferencia es que existen leyes que prohíben la segunda, y aún así no las hubieren, las probabilidades de que eso pase son nulas en comparación a la incidencia en Facebook.

Si bien incluimos todas nuestras fotos, que a nuestro juicio no nos importaría las tengan otras personas, estas fotos pueden ser utilizadas con mala fe. Hubo un caso reciente de las hijas de un político reconocido en que fueron atacadas injustamente por sus enemigos. Las fotos eran de fiestas, prelis, en el peor de los casos borracheras, pero caían dentro del recuadro normal. Estas fotos fueron contrastadas con fotos de extrema pobreza y de fondo acariciadas con una canción protesta de Mercedes Sosa. Por contraste, las fotos tenían una connotación mucho más negativa de lo que en realidad eran. Lo primero que pensé fue que cómo se les ocurrió a estas chicas trepar esas fotos (que repito, no tenían nada de malo, o al menos, sé que casi todos tenemos peores), pero después reflexioné y me di cuenta que es irrelevante si las treparon ellas, obviamente sería un descuido, pero fácilmente esas fotos las pudo haber trepado cualquier amigo o amiga de cualquier evento en las que ellas eran protagonistas. Bajo este esquema, ¿acaso se tienen que quedar en su casa enclaustradas? O es que ¿hay que tenerle terror al lente de cualquier cámara digital de ahora en adelante? Otro aspecto que no podemos dejar de considerar es la información que nosotros mismos incluimos en nuestro “profile”. En especial las personas menores de edad y siendo más específico, las niñas. Esa información la puede ver todo el mundo y aconsejaría que no se escriba más de lo banal ya que se correría un riesgo de que esa información pueda caer en malas manos. Estoy seguro que ya han de haber casos de secuestros, violaciones, robos por haber expuesto información de primera instancia en el Facebook.

El Facebook ofrece otras herramientas y no tardó nada en hacerse negocio. Hay lugares de subastas, ofertas de artículos usados, notificaciones de eventos, grupos de interés. No quiero ser hipócrita y decir que no me he beneficiado de estas herramientas. Es más, sin irme tan lejos, la Espina se promociona por dicha vía. Además de esto hay cientos de programas creados a diario para adherirla a la plataforma del “profile”. Solo puedo agradecer que la etapa de los jueguitos como los vampiros y de los programas adheridos ya se ha terminado.

Dicen que todo secreto es malo, pero quiero recalcar que llevar una vida secreta no es lo mismo que querer mantener una vida privada. El concepto de vida privada nos dice en resumen de llevar una vida que se ejecuta a vista de pocos, familiar, y domésticamente, sin formalidad ni ceremonia alguna; y que no es de propiedad pública o estatal, sino que pertenece a particulares. Al parecer esta herramienta viola todo concepto de querer llevar una vida privada y nos encamina a una transparencia individual y social. Yo solo estoy en espera de qué programa me obligará indirectamente a trepar mis estados de cuentas bancarios, a enlistar mi ropa interior, o a describir mis más ocultos deseos lujuriosos, porque tratando de pensar en otro aspecto privado, Facebook ya se ha encargado de exponerlo ante todo el mundo, tecnológicamente activo, claro está. Con esto termino el editorial ya que tengo que ir a trepar las fotos del fin de semana en Facebook.

lunes, 11 de febrero de 2008

De Carne Y Hueso

Ayer tuve la mala suerte de leer en el diario que se iba a realizar una entrevista al primer mandatario, entrevista conducida por el Sr. Bernard Fougères. Esquivando mi apatía hacia los personajes involucrados no pude dejar de poner mi alarma a las 9:30 pm para poder presenciar y analizar este espectáculo. Todas las entrevistas de Bernard son un poco grotescas, o para utilizar términos que él vagamente expresa, son más bien toscas, sin finura e indigestas para mi gusto. Definitivamente hubo un toque demasiado personal en la entrevista la cual hizo distraer un poco de las cuestiones principales cayendo en una muy popular red amarillista. No sé quién se quería relucir más, o Rafael Correa en su constante defensa ante la prensa injusta o Bernard en su desesperado intento de captar una atención al “tutear” al presidente de la república. En sí la entrevista no fue muy buena ya que se habló mucho pero no se dijo nada, lo que sí estoy de acuerdo es en las palabras del primer mandatario en las que alegó ser de carne y hueso.

No pude comprender como el ego de estos dos individuos cupieron en la sala de aquella casa. Me sentí como un mero mortal al ver a estos semidioses hablando de humildad y de valores humanos. En lo que respecta a Rafael Correa lo noté muy a la defensiva, después de todo Bernard sigue siendo un emisario de los medios de comunicación y estos son enemigos declarados de Correa. Bernard fue bastante frontal y pienso que los vinos lo pusieron demasiado personal al punto que ciertos toques al rostro del presidente no solo se presenciaron como un “muchacheo” sino que despojaron la autoridad que debe mantener el presidente, así sea un mortal como todos nosotros. Correa en su afán de mostrarse sencillo cae en el mal hábito de dejarse muchachear así como cuando Chávez en un discurso a son de broma se refirió al mandatario recién electo como un “muchachito”.

Otro aspecto importante que capté de la entrevista es que Rafael Correa carece de un periodista el cual admire, esto es porque su forma de ser es soberbia e intolerante y no puede comprender que la noticia bien o mal es objetiva. No podemos ser ingenuos y pensar que la prensa no parafrasea las noticias con sus titulares populares para captar la atención al lector y así mismo vender más periódicos, y tampoco quiero ser pesimista y juzgarlos pensando que todo acto o noticia es reproducida para sus propios beneficios. Siendo optimista creo que la prensa sí tiene mucho poder al informar pero el lector es el que tiene que formar su propio juicio al respecto de dicha noticia y así mismo tiene el derecho de dudarla en caso que no la note muy convincente, a tal punto de verificarlo con otros diarios. En todo caso, hay que ser realistas y no puede ser que toda la prensa confabule contra el primer mandatario. Hay noticias que pueden ser alteradas en enfoque pero mantienen su objetividad y en este preciso caso son más que nada noticias que el mismo presidente las cultiva al hacer uso de insultos vulgares, despectivos y comunes que no esperamos de un presidente, símbolo de liderazgo, que los diga a viva voz.

Irrebatiblemente es de carne y hueso, pero políticos de esa naturaleza no pueden darse el lujo de serlo a plenitud, ya que tienen que guardar postura, tienen que tener diplomacia para así ser conciliadores y lograr cambios positivos para el país. Un jefe de estado debe ser un hombre respetado por sus ideales, su buena voluntad, su honradez, su experiencia, y su sencillez. Lamentablemente creo que carece de las dos últimas. Debe ser más cuidadoso en sus ofensas y si las hace debe ser más objetivo e insultar con inteligencia y no caer en calificativos como “gorda horrorosa” o “vieja pelucona” en un afán de avasallar y minimizar a sus enemigos. Creo que el dejarse gobernar por sus sentimientos inmediatos es una actitud inmadura e infantil, como cuando niños decíamos el insulto disfrazado “ándate a la casa del asta mayor del barco” orgullosos de haber buscado esa definición de una palabra la cual en esos tiempos todavía no se definía como el miembro masculino. Un momento, esto ya lo hizo el presidente. ¿Es acaso esa la actitud que queremos de nuestro máximo representante?

La entrevista de Bernard no fue bien conducida ya que fue demasiado personal e informal a tal punto en que no se dejaban ni contestar el uno al otro. Fue un diálogo forzoso lleno de defensas absurdas, calificativos de mentirosos, malas palabras (que en lo personal no me ofenden solo me distraen), vinos, y poco fundamento, o en otras palabras, una típica tarde con Bernard. Lo que sí podemos estar de acuerdo con Bernard es que yo también quiero lo mejor para el presidente. Quiero que cambie su actitud y deje de ofender a todos los que no piensan como él, que deje de generalizar porque ya es agotante escuchar a todas las personas su propia definición de “pelucón”, que trabaje por la patria y que lidere, que simple y llanamente censure su crítica destructiva y avasallante y que por favor deje esa sonrisa sarcástica que es más insultante que cualquier babosada que pueda decir. Quiero que mejore su actitud frente a sus adversarios y frente a la prensa. El peor error es tener a la prensa de enemiga porque así como él los periodistas también son de carne y hueso y ellos pueden encontrar maneras más inteligentes y parafrasear mejor las noticias para insultarle donde más le duele, su ego. En fin, necesitamos que comience a gobernar y que deje de hacer campaña como él quisiera por 4 años, porque si es verdad que la gente necesita fe, también necesita comer y más que nada necesita un líder que predique con su trabajo y así mismo con resultados.

lunes, 28 de enero de 2008

La Revolución Ciudadana

Tengo que aceptar que estaba consternado por la marcha convocada por el Abogado Jaime Nebot en defensa de Guayaquil el día 24 de Enero. Dicha marcha, dependiendo de su éxito o su fracaso, delinearía todo el futuro político del gobierno o lo que quede de él. No es mi deseo compartir o promover mi tendencia ideológica y política pero tampoco está de más aclarar que ataco y reprocho ciertas decisiones que ha tomado el gobierno, peor aún si atentan a mi derecho de poder escribir estas líneas como ha sido especulado con anterioridad. Sí quiero aclarar que nunca he compartido el ideal político de nuestro alcalde y me preocupó que el pueblo guayaquileño podía malinterpretar esta convocatoria como una pugna de poderes y guerra partidista, peor aún si de cada propaganda pro marcha aparecían tres del gobierno boicoteándola.

Esta manifestación fue pacífica y al contrario de muchas otras, multitudinaria. Dichas manifestaciones escasean en la polvorienta historia guayaquileña. Guayaquil de una manera colectiva se pronunció aquel día y eligió como vocero a su alcalde Jaime Nebot. Con esto quiero decir que no asistió únicamente la gente “Nebotsista” o en su defecto Social Cristiana, tampoco fueron solo los “pelucones”, ni los que buscaban una modesta propina por dicho esfuerzo al final de la jornada. Fueron todos los guayaquileños representando toda clase socioeconómica los que marcharon en la calle 9 de Octubre a presentar un rechazo no solo al gobierno sino también a su gobernante.

Justamente aquel día había leído un editorial en la página web de El Universo de la Srta. Gabriela Calderón en el que su mensaje principal era que el futuro del país está en los jóvenes y que ella marchaba por Guayaquil y no por sus gobernantes, en este caso Nebot o Correa. Admiro mucho la opinión de ella y admiro aún más que siga teniendo fé en los jóvenes de este país. Coincidentemente fue la primera persona que me topé en la marcha. Creo que para la tranquilidad de esta chica, todos los guayaquileños salieron a las calles a manifestar un ideal y un rechazo, y así mismo no a apoyar a una persona específica sino a aquel vocero que haría llegar nuestra opinión donde no quieren escucharla.

El discurso de nuestro alcalde fue enérgico y demandante. Fue incluso incriminante ante el gobierno. Al preguntar quién era el enemigo de Guayaquil la masa respondió en unísono “Correa”. No había duda en el pueblo manifestante. La gente rechazó al gobierno pero se manejó un ambiente festivo. Hubieron momentos que afloraron insultos al presidente pero Nebot tempranamente pudo pararlos diciendo que “así no hace las cosas Guayaquil” poniendo en alto nuestra frente y no rebajándonos a la manera que acostumbra el gobierno a descalificar a sus opositores. En sí el discurso fue respetuoso. En lo personal hubiera preferido uno de los bien elaborados insultos que lo hizo famoso a nuestro alcalde refiriéndose sobre la pérdida de la compostura y su acto segundo, pero era pedir demasiado.

No está de más decir que la actitud intolerante del presidente y su incapacidad de conciliar fue la que le ha dado este gran poder a su principal opositor. El presidente no realizó lo perjudicial que fue para él y su actual gobierno dar rienda suelta a su manera avasallante de expresión la cual ya ha insultado en sí a todo guayaquileño, desde los afamados pelucones y asalariados hasta tildar a una señora respetable de “vieja pelucona”, que si bien no comparte su ideología política ha pasado luchando toda su vida por el servicio desinteresado a la comunidad. Incluso después de la marcha, el mismo hecho de que el presidente optó por minimizarla es otro insulto a la persona que ya no le bastó con pensarlo sino que tuvo que ir a gritarlo a las calles. Pero está claro que ningún grito, y con esto no hablo de nuestro alcalde sino el grito del pueblo, podrá hacerse escuchar ante los oídos sordos del principal gobernante.

Nebot es el vocero de Guayaquil y no se necesitó ir nuevamente las urnas para dar nuestra opinión. El respaldo en las calles es la democracia en su momento más puro y bello y el rechazar su protesta es quizás el peor error que se pueda cometer. No con esto digo que el presidente tenga que ceder en todo lo demandado ya que la ideología y su actual forma de gobernar es muy difícil de enmendar en su totalidad, aún así si se quisiera, pero al menos conciliar y darle el valor que se merece a la opinión del guayaquileño que al fin mostró su gallardía y rechazo a un gobierno supresor. “La siguiente marcha será en Montecristi” dijo Nebot en su discurso. Apenas vi la postura del gobierno ante la marcha realicé que la ida a Montecristi era un hecho. ¿Es que se tiene que llegar a una guerra civil para que baje la guardia el presidente? ¿Es que acaso le conviene? o es que no puede disminuir su ego el que tan rápido se agigantó en tempranos días de campaña electoral.

Una sabia persona me comentó que Correa es como el escorpión de la fábula en la que le pide a una rana cruzar el lago. La rana lo piensa dos veces pero el mismo escorpión le hace recapacitar que sería contraproducente pues el picarla la mataría y así se ahogarían los dos. Al escuchar tan razonable justificación la rana decide llevarla y a mitad del camino le pica envenenándola. La rana moribunda y al borde del ahogo le pregunta que por qué lo hizo y el escorpión responde “no lo pude evitar, es mi naturaleza”. Si el escorpión es Correa, el pueblo ecuatoriano es la rana y no podemos seguir esperando a que “su naturaleza” termine de hundirnos. Es hora de hacernos escuchar y que se respete nuestro punto de vista, ya sea pacífica o no, después de todo, ésta sí sería una verdadera revolución ciudadana.

domingo, 13 de enero de 2008

El Retorno de la Espina

Antes que nada quisiera disculparme ante los fervientes seguidores de La Espina. Nunca pude de manera eficiente llevar una buena estadística de quién leía dichos editoriales, sin embargo, sé con certeza que existían y también sé que de alguna manera u otra se sintieron decepcionados al realizar que La Espina encontró cosas más importantes que hacer, o al menos eso pensaba. La verdad del caso es que La Espina tuvo que emprender un viaje al mundo de los negocios para poder subsistir.

El último editorial fue el 10 de Noviembre del 2004, así que después de 3 años los lectores encontrarán una espina más madura, más evolucionada. Pero no solo la espina es la que ha cambiado, el Ecuador y el mundo han cambiado también. No creo que de igual manera haya evolucionado, sinceramente creo que ha retrocedido. He visto que el Ecuador en vez de mejorar en ciertas etapas se ha quedado totalmente estancado e incluso, como buen ecuatoriano que es, ha decidido caminar como el cangrejo, para atrás. Es verdad que todo el mundo ha criticado la revolución ciudadana o el socialismo del siglo 21 del presente gobierno, y la espina no puede dejar de hacerlo, en especial si se ha quedado amordazada antes las barreras impuestas por el gobierno que dijo que el país ya es de todos. ¡MENTIRA!

El país No es de todos. No es del pueblo ya que los víveres están cada vez más caros y por lo tanto el pueblo está mas pobre a medida que pasan los días. No es de los empresarios y comerciantes ya que inundados en un mar de nuevos impuestos, alzas en salarios mínimo vitales (que cabe recalcar que aunque haya alza, debido al incremento de la canasta familiar el poder adquisitivo es ahora menor que antes), y bajo consumo del mercado ya sea por pobreza o por incertidumbre, están cerrando sus puertas o explorando posibilidades en el exterior donde todavía se puede vislumbrar una luz al final del túnel. No es de los industriales a los cuales se pretende controlar sus precios y márgenes, como en el caso de las pasteurizadoras de leche. No es de los agricultores y ganaderos ya que el impuesto rural a la tierra productiva e improductiva en un negocio que para el pequeño campesino siempre ha sido de sustento y no de lucro obligará a vender sus tierras, que como nadie compra, tendrán que ofrecerlas a un precio muy debajo de lo que se consideraría justo. No es de Quito y no es de Guayaquil, en donde el gobierno ha atacado a sus municipios en vez de trabajar junto a ellos para un fin común, el de mejorar la calidad de vida de TODOS los ecuatorianos. Evidentemente esta pugna de poderes se ha enfocado más a Guayaquil y la guerra es a su alcalde. Definitivamente no es de Samborondón, como fielmente creo que nunca lo fue, pero parece voluntario el hecho de hacer creer que este cantón es solo un nido de ratas y herederos, del vil pelucón, cuando hay un gran porcentaje que ha trabajado por mejorar su calidad de vida creando así puestos de trabajos y así mismo mejorando la calidad de vida de más personas.

El país NO es de todos. Entonces ¿de quién es el país? lo único que se me viene a la mente es que es de su presidente, gabinete, y funcionarios burócratas a los que ha elegido. El país ya está tomado, como un eficiente cáncer, de todos los “apegados” al gobierno, de los que se identifican bien con su idealismo, de los que ayudaron en campaña por sus fines de lucro, poderes políticos, o miedo a verse perjudicados por un futuro gobierno. También se puede decir que el país es de la masa de seguidores cegados por la fe al cambio y con su respectiva sed de venganza ante la situación paupérrima que han vivido siempre. Esta gente es la que más sufrirá cuando la economía del país colapse.

La Espina se ausentó por 3 años, vuelvo y repito, incursionando al mundo de los negocios. El resultado fue que está peor de lo que empezó. Si bien al principio se luchaba para estar igual o en el mejor de los casos mes a mes sacar unos dineros para así poder tener una vida digna, al final, o al comienzo de este gobierno todo se paralizó. El consumo retrocedió su lenta marcha hacia la mejora y nos frenó a todos de raya. Abro el periódico y solo veo gremios disgustados, campañas de oposición, incremento de precios en la canasta familiar, incertidumbre en el país. Esta inestabilidad y su aumento de marchas “pacíficas” están creando una ola de intranquilidad en el país y específicamente en Guayaquil. Falta que alguien haga algo estúpido para desatar la ola de caos que se nos viene. En fin, no hay mejor momento para el retorno de la espina, la cual vuelve evolucionada mas no censurada, con ninguna intención de callar ante las espinas constantes que desangran la calidad humana, sino peor aún, la ilusión de poder seguir adelante. ¡Hasta la victoria siempre!