domingo, 13 de enero de 2008

El Retorno de la Espina

Antes que nada quisiera disculparme ante los fervientes seguidores de La Espina. Nunca pude de manera eficiente llevar una buena estadística de quién leía dichos editoriales, sin embargo, sé con certeza que existían y también sé que de alguna manera u otra se sintieron decepcionados al realizar que La Espina encontró cosas más importantes que hacer, o al menos eso pensaba. La verdad del caso es que La Espina tuvo que emprender un viaje al mundo de los negocios para poder subsistir.

El último editorial fue el 10 de Noviembre del 2004, así que después de 3 años los lectores encontrarán una espina más madura, más evolucionada. Pero no solo la espina es la que ha cambiado, el Ecuador y el mundo han cambiado también. No creo que de igual manera haya evolucionado, sinceramente creo que ha retrocedido. He visto que el Ecuador en vez de mejorar en ciertas etapas se ha quedado totalmente estancado e incluso, como buen ecuatoriano que es, ha decidido caminar como el cangrejo, para atrás. Es verdad que todo el mundo ha criticado la revolución ciudadana o el socialismo del siglo 21 del presente gobierno, y la espina no puede dejar de hacerlo, en especial si se ha quedado amordazada antes las barreras impuestas por el gobierno que dijo que el país ya es de todos. ¡MENTIRA!

El país No es de todos. No es del pueblo ya que los víveres están cada vez más caros y por lo tanto el pueblo está mas pobre a medida que pasan los días. No es de los empresarios y comerciantes ya que inundados en un mar de nuevos impuestos, alzas en salarios mínimo vitales (que cabe recalcar que aunque haya alza, debido al incremento de la canasta familiar el poder adquisitivo es ahora menor que antes), y bajo consumo del mercado ya sea por pobreza o por incertidumbre, están cerrando sus puertas o explorando posibilidades en el exterior donde todavía se puede vislumbrar una luz al final del túnel. No es de los industriales a los cuales se pretende controlar sus precios y márgenes, como en el caso de las pasteurizadoras de leche. No es de los agricultores y ganaderos ya que el impuesto rural a la tierra productiva e improductiva en un negocio que para el pequeño campesino siempre ha sido de sustento y no de lucro obligará a vender sus tierras, que como nadie compra, tendrán que ofrecerlas a un precio muy debajo de lo que se consideraría justo. No es de Quito y no es de Guayaquil, en donde el gobierno ha atacado a sus municipios en vez de trabajar junto a ellos para un fin común, el de mejorar la calidad de vida de TODOS los ecuatorianos. Evidentemente esta pugna de poderes se ha enfocado más a Guayaquil y la guerra es a su alcalde. Definitivamente no es de Samborondón, como fielmente creo que nunca lo fue, pero parece voluntario el hecho de hacer creer que este cantón es solo un nido de ratas y herederos, del vil pelucón, cuando hay un gran porcentaje que ha trabajado por mejorar su calidad de vida creando así puestos de trabajos y así mismo mejorando la calidad de vida de más personas.

El país NO es de todos. Entonces ¿de quién es el país? lo único que se me viene a la mente es que es de su presidente, gabinete, y funcionarios burócratas a los que ha elegido. El país ya está tomado, como un eficiente cáncer, de todos los “apegados” al gobierno, de los que se identifican bien con su idealismo, de los que ayudaron en campaña por sus fines de lucro, poderes políticos, o miedo a verse perjudicados por un futuro gobierno. También se puede decir que el país es de la masa de seguidores cegados por la fe al cambio y con su respectiva sed de venganza ante la situación paupérrima que han vivido siempre. Esta gente es la que más sufrirá cuando la economía del país colapse.

La Espina se ausentó por 3 años, vuelvo y repito, incursionando al mundo de los negocios. El resultado fue que está peor de lo que empezó. Si bien al principio se luchaba para estar igual o en el mejor de los casos mes a mes sacar unos dineros para así poder tener una vida digna, al final, o al comienzo de este gobierno todo se paralizó. El consumo retrocedió su lenta marcha hacia la mejora y nos frenó a todos de raya. Abro el periódico y solo veo gremios disgustados, campañas de oposición, incremento de precios en la canasta familiar, incertidumbre en el país. Esta inestabilidad y su aumento de marchas “pacíficas” están creando una ola de intranquilidad en el país y específicamente en Guayaquil. Falta que alguien haga algo estúpido para desatar la ola de caos que se nos viene. En fin, no hay mejor momento para el retorno de la espina, la cual vuelve evolucionada mas no censurada, con ninguna intención de callar ante las espinas constantes que desangran la calidad humana, sino peor aún, la ilusión de poder seguir adelante. ¡Hasta la victoria siempre!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Al fin el ansiado retorno de la espina

Martina Fierro dijo...

La referencia à la Che Guevara al final, está de más. No caigas en lugares comunes.
¡Welcome back!